A continuación, se encuentran profecías y relatos de las escrituras sobre las gloriosas nuevas del nacimiento del Salvador tal como se hallan en el Nuevo Testamento y el Libro de Mormón:
Mateo 1:23
He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, y llamarán su nombre Emanuel, que interpretado es: Dios con nosotros.
Mateo: 2:1-2, 9-11
Y cuando Jesús nació en Belén de Judea en los días del rey Herodes, he aquí, unos magos vinieron del oriente a Jerusalén,
diciendo: ¿Dónde está el Rey de los judíos que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente y venimos a adorarle.
Y ellos, habiendo oído al rey, se fueron; y he aquí la estrella que habían visto en el oriente iba delante de ellos, hasta que, llegando, se detuvo sobre donde estaba el niño.
Y cuando vieron la estrella, se regocijaron con gran gozo.
Y cuando entraron en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, le adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, e incienso y mirra.

Lucas 2:1-16
Y aconteció en aquellos días que salió un edicto de parte de Augusto César, que toda la tierra fuese empadronada.
Este primer empadronamiento se hizo siendo Cirenio gobernador de Siria.
E iban todos para ser empadronados, cada uno a su ciudad.
Entonces subió José de Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por cuanto era de la casa y familia de David,
para ser empadronado con María, su mujer, desposada con él, la que estaba encinta.
Y aconteció que estando ellos allí, se cumplieron los días en que ella había de dar a luz.
Y dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en bel mesón.
Y había pastores en la misma región, que velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre sus rebaños.
Y he aquí, se les presentó un ángel del Señor, y la gloria del Señor los rodeó de resplandor; y tuvieron gran temor.

Pero el ángel les dijo: No temáis, porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que serán para todo el pueblo:
que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor.
Y esto os servirá de señal: Hallaréis al niño envuelto en pañales, acostado en un pesebre.
Y repentinamente apareció con el ángel una multitud de las huestes celestiales, que alababan a Dios y decían:
¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra apaz, buena voluntad para con los hombres!
Y aconteció que cuando los ángeles se fueron de ellos al cielo, los pastores se dijeron los unos a los otros: Pasemos, pues, hasta Belén, y veamos esto que ha sucedido y que el Señor nos ha manifestado.
Y vinieron deprisa y hallaron a María, y a José, y al niño acostado en el pesebre.
1 Nefi 10:4
Sí, seiscientos años después de la partida de mi padre de Jerusalén, el Señor Dios levantaría a un profeta entre los judíos: sí, un Mesías, o, en otras palabras, un Salvador del mundo.
1 Nefi 11:18-20
Y me dijo: He aquí, la virgen que tú ves es la madre del Hijo de Dios, según la carne.
Y aconteció que vi que fue llevada en el Espíritu; y después que hubo sido llevada en el Espíritu por cierto espacio de tiempo, me habló el ángel, diciendo: ¡Mira!
Y miré, y vi de nuevo a la virgen llevando a un aniño en sus brazos.
2 Nefi 25:19
Pues, según las palabras de los profetas, el Mesías viene seiscientos años a partir de la ocasión en que mi padre salió de Jerusalén; y según las palabras de los profetas, y también la palabra del ángel de Dios, su nombre será Jesucristo, el Hijo de Dios.

Mosíah 15:11
He aquí, os digo que quien ha oído las palabras de los profetas, sí, todos los santos profetas que han profetizado concerniente a la venida del Señor, os digo que todos aquellos que han escuchado sus palabras y creído que el Señor redimirá a su pueblo, y han esperado anhelosamente ese día para la remisión de sus pecados, os digo que estos son su posteridad, o sea, son los herederos del reino de Dios.
Alma 7:10
Y he aquí, nacerá de María, en Jerusalén, que es la tierra de nuestros antepasados, y siendo ella virgen, un vaso precioso y escogido, a quien se hará sombra y concebirá por el poder del Espíritu Santo, dará a luz un hijo, sí, aun el Hijo de Dios.
Helamán 14:4
Por tanto, habrá un día y una noche y un día, como si fuera un solo día y no hubiera noche; y esto os será por señal; porque os percataréis de la salida del sol y también de su puesta; por tanto, sabrán de seguro que habrá dos días y una noche; sin embargo, no se obscurecerá la noche; y será la noche antes que él nazca.