La Sala de Prensa de Filipinas informó que más de 50 centros de reuniones de la Iglesia en las islas del centro y el sur de Filipinas se han abierto como refugios para casi 5.000 personas después del tifón Rai, conocido localmente como Odette.

Debido a que muchas áreas no tienen electricidad, los 57 centros de reuniones están usando generadores.

Los misioneros de tiempo completo están a salvo y contados. Dos miembros de la Iglesia en Calape, provincia de Bohol, murieron después de que un árbol cayera sobre su casa. Muchas familias han perdido sus hogares, según la Sala de prensa de Filipinas.

El tifón tuvo vientos de 195 kilómetros por hora y ráfagas de hasta 270 kph cuando golpeó Central Visayas y Mindanao y se movió hacia el oeste el jueves y viernes 16 y 17 de diciembre, informó la Associated Press. Hasta el domingo, estaba al oeste de Filipinas y se dirigía al noroeste, según el centro meteorológico de Filipinas (en inglés).

El tifón derribó árboles y postes, voló techos, cortó los servicios de energía y telefonía y provocó inundaciones y deslizamientos de tierra, según informes de prensa. En algunas áreas, las personas quedaron atrapadas en sus techos y en los árboles. Ha sido una de las tormentas más poderosas que ha azotado las islas este año.

Hasta el domingo 19 de diciembre, 146 personas habían muerto debido al tifón, informó Associated Press (en inglés). Alrededor de 780.000 personas están afectadas por el tifón, incluyendo más de 300.000 personas que fueron evacuadas a refugios antes de la tormenta, según informes de prensa. Un centro de reuniones de la Iglesia en Tacloban abrió como refugio antes de la tormenta.

Al menos 227 ciudades y pueblos perdieron la electricidad, que desde entonces ha sido restaurada en sólo 21 áreas, según informes de prensa.

El personal de bienestar de la Iglesia está trabajando con la Iglesia local y con los líderes comunitarios en las áreas de Visayas y Mindanao.

La presidencia del Área de Filipinas invitó (en inglés) a los miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días a orar por los afectados por la tormenta.

“Invitamos a todos los miembros de la Iglesia en Filipinas a brindar actos desinteresados de servicio cristiano siempre que sea posible para ‘levantar las manos caídas y fortalecer las rodillas débiles’”, continuó el mensaje que compartieron en la Sala de Prensa de Filipinas (en inglés). “De esta manera nos reunimos en fe y esfuerzo unidos para iluminar el mundo con el amor del Salvador durante esta temporada navideña”.