Una tradición favorita de la familia del élder W. Mark Bassett es recrear la historia de la Natividad leyendo y describiendo el relato del nacimiento del Salvador en las Escrituras, acompañado de himnos navideños.

Muchas de estas presentaciones en vivo han sido inspiradoras y espirituales, dijo el Setenta Autoridad General, pero no siempre es así.

Las ovejas de los niños pequeños estallan en un coro de bebés que lloran, los bastones de los pastores se convierten en sables de luz, disfraces de dinosaurios y delfines en lugar de sabios o ángeles — Debo admitir que a medida que nos acercamos a la Navidad, a menudo me pregunto si tal vez, deberíamos probar una tradición navideña que realmente invite a la paz”, comentó el élder Bassett.

Durante el Devocional de Navidad de la Primera Presidencia el domingo, 5 de diciembre, el élder Bassett subrayó la razón por la que su familia insiste en mantener una tradición que a veces se convierte en caos: “Hablamos de Cristo, nos regocijamos en Cristo, predicamos de Cristo ... para que nuestros hijos sepan a qué fuente han de acudir para la remisión de sus pecados” (2 Nefi 25:26).

En el estado actual de conmoción en la tierra, parece que la paz se está volviendo más difícil de encontrar, dijo.

El presidente Russell M. Nelson ha declarado: “El evangelio de Jesucristo es exactamente lo que se necesita en este mundo confuso, contencioso y hastiado. Cada uno de los hijos de Dios merece la oportunidad de escuchar y aceptar el mensaje sanador y redentor de Jesucristo. Ningún otro mensaje es más vital para nuestra felicidad, ahora y para siempre”.

“El mensaje de la Restauración es el mensaje de Navidad”, dijo el élder Bassett. “La luz de la estrella que guió a los pastores hasta el bebé en el pesebre es paralela a la columna de luz que descendió gradualmente hasta que se posó sobre José — ambas precedieron a las buenas nuevas de gran gozo que anunciaban a Cristo al mundo”.

Uno de los títulos más preciados del Salvador es “Príncipe de paz”, continuó, citando al élder Quentin L. Cook, del Cuórum de los Doce Apóstoles. “Su reino será establecido con paz y amor”.

El élder Bassett animó a los oyentes a considerar las palabras de los ángeles en  Lucas 2:14: “¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!”. Quizás esta fue una declaración de que “en la tierra ahora hay paz”, ya que el Salvador nacería esa noche en un humilde establo, dijo.

Isaías profetizó de los últimos días cuando escribió, “¡Cuán hermosos son sobre los montes los pies del que trae buenas nuevas, del que publica la paz!” (Isaías 52:7).

El Salvador declaró a Sus discípulos en Galilea y en la tierra de Abundancia: “Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios” (Mateo 5:9, 3 Nefi 12:9).

“Ustedes y yo somos los hijos del convenio de Jesucristo, cada uno Sus hijos ...”, dijo el élder Bassett, refiriéndose a la enseñanza del rey Benjamín en Mosíah 5:7. “Por lo tanto, nosotros, los hijos de Dios, debemos ser los pacificadores. Este es nuestro deber del convenio.

“Ustedes y yo hacemos una diferencia en el problemático mundo de hoy mientras nos esforzamos por ser pacificadores — en nuestros hogares, nuestras congregaciones, nuestras comunidades, incluso en todo el mundo, por nuestra amabilidad, nuestras buenas obras, y nuestras palabras — cara a cara, así como virtualmente. ‘Publiquemos fielmente la paz’ mientras testificamos de Él, de palabra y de hecho”.

Siguiendo el ejemplo de los pastores que fueron ‘de prisa’ después de la visita del ángel, “pasemos pues’, ‘vayamos ahora’ y ‘dieron a conocer’ el mensaje de paz ‘acerca del niño’”, dijo el élder Bassett, citando Lucas 2:15-17.

“Este es el mensaje que declaramos al amar, compartir e invitar a quienes nos rodean a participar de la esperanza y la paz que se encuentran en las buenas nuevas de Jesucristo”.

El élder Bassett concluyó: “A pesar de los desafíos, frente a la oposición y en medio de la conmoción, perseveremos en la publicación de la paz, esta temporada y siempre, mientras nos preparamos a nosotros mismos y a todos los que nos rodean para el gran regreso del Príncipe de la Paz, incluso el Señor, Salvador y Redentor, Jesucristo. ...

“Que seamos publicadores de paz al celebrar el nacimiento, la vida y la misión de nuestro Salvador en esta temporada navideña y siempre”.