Como miembro de los medios de comunicación, he asistido e informado sobre la conferencia general durante casi una década.

La experiencia ha sido muy gratificante y, en ocasiones, abrumadora.

Es una bendición porque me he sentado en el Centro de Conferencias durante numerosas sesiones en las que he sentido el poder del evangelio de Jesucristo enseñado por los siervos escogidos del Señor. Mi fe y mi testimonio se han fortalecido inmensamente. A veces quiero pararme y celebrar porque tengo la oportunidad de estar en la conferencia general.

También es un desafío porque todavía estoy trabajando y cubrir la conferencia de dos días puede ser intenso y exigente. A menudo hago malabarismos con varias tareas con plazos muy ajustados, lo que hace que sea difícil absorber cada mensaje. Cuando termina, por lo general estoy mentalmente exhausto y me pregunto cómo volveré a trabajar al día siguiente y durante toda la semana.

La otra realidad acerca de informar sobre la conferencia general es no pasar el fin de semana con mi familia. Extrañaba mucho compartir el fin de semana de la conferencia con ellos.

Pero sucedió algo especial en la conferencia general de octubre de 2022.

Mi familia recibió boletos para asistir a una sesión en el Centro de Conferencias. Pude participar fuera del horario laboral y sin computadora portátil.

Estaba emocionado por la oportunidad, pero hice una pequeña mueca al saber que implicaría un trabajo adicional para mi esposa traer a nuestra hija con necesidades especiales en silla de ruedas y a nuestros otros dos hijos al centro de Salt Lake City.

Luego pensé en todos los Santos de los Últimos Días en todo el mundo que sacrificarían tanto solo para asistir a una sesión en su vida y supe que no podía dejar pasar este momento tan valioso.

Trent y Lisa Toone con su hijo Kalen y sus hijas Emma y Elise (silla de ruedas) afuera del Centro de Conferencias el sábado 1 de octubre de 2022.

Trent Toone, Church News

Me complace informar que el esfuerzo de llevar a nuestra familia al Centro de Conferencias valió la pena.

Asistimos a la sesión del sábado por la tarde y lo primero que agradecimos fue la música proporcionada por un coro misional combinado, que cantó algunos de mis himnos misionales favoritos. Nuestro hijo mayor actualmente está sirviendo en una misión en Johannesburgo, Sudáfrica, y la hermosa música nos ayudó a sentirnos un poco más cerca de él.

Pero estar presente también produjo una profunda experiencia para nuestro hijo de 17 años, quien asistía a la conferencia general por primera vez.

Me costó un poco convencer a Kalen para que viniera, y cuando el primer orador subió al púlpito, nuestro hijo sacó su bloc de dibujo y se puso a hacer garabatos.

Pero después de uno o dos oradores, noté que Kalen había dejado el bloc de dibujo a un lado y escuchaba con más atención.

Durante un número musical cuando quedaban unos 30 minutos, nuestro hijo se inclinó hacia mi esposa y le preguntó si esto era un intermedio. Ella le dijo que la sesión estaba a punto de terminar. Kalen la miró con incredulidad — “¡¿Qué?! ¿Ya llevamos aquí casi dos horas?

Esperábamos que se quejara de que estaba listo para irse a casa, pero sus siguientes palabras nos dejaron atónitos.

“¿Así que casi ha terminado? ¿Cómo pasó tan rápido el tiempo? ¿Por qué nunca había visto una conferencia?”, dijo. “Esto fue increíble”.

Kalen nos volvió a confundir cuando terminó la sesión.

“No creo que me haya sentido así en mucho tiempo”, dijo. “Siento tanto gozo y amor. Siento luz y paz”.

Para ser claros, nuestro hijo había visto la conferencia muchas veces antes. Esta vez se comprometió plenamente y su fe y testimonio se fortalecieron. Como padres, nos regocijamos.

A la derecha, Lisa Toone, con su hija Emma y su hijo Kalen, antes de la sesión del sábado por la tarde de la conferencia general el sábado 1 de octubre de 2022.

Trent Toone, Church News

Pero no fue solo Kalen. Toda nuestra familia había sentido el “gozo y el amor” del Señor cuando asistimos juntos a la conferencia general.

Tal como lo hacen los miembros en lugares de todo el mundo, nos vestimos con nuestras mejores ropas de domingo, escuchamos la música y sentimos la influencia del Espíritu Santo cuando los profetas, videntes y reveladores transmitieron mensajes de inspiración y esperanza acerca del Salvador.

Sé que el Señor ama a mi familia e hizo posible que tuviéramos esta dulce experiencia.

— Trent Toone es un reportero de Church News.