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Sarah Jane Weaver: Cómo la singular relación entre 2 Profetas bendice a la Iglesia

El presidente Spencer W. Kimball y el presidente Russell M. Nelson han tenido relaciones de médico-paciente junto con aquellas como líderes de la Iglesia.

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Presidente Spencer W. Kimball

Archivos de Deseret News


Sarah Jane Weaver: Cómo la singular relación entre 2 Profetas bendice a la Iglesia

El presidente Spencer W. Kimball y el presidente Russell M. Nelson han tenido relaciones de médico-paciente junto con aquellas como líderes de la Iglesia.

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Presidente Spencer W. Kimball

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En diciembre de 1964, el entonces élder Spencer W. Kimball y el élder LeGrand Richards, ambos miembros del Cuórum de los Doce Apóstoles, recibieron la asignación de llamar a un nuevo presidente de la Estaca Bonneville en Salt Lake City.

Igual como sigue siendo el proceso hoy en día, ellos entrevistaron a muchos líderes del sacerdocio en la estaca que podrían ser considerados para tal llamamiento. Durante las entrevistas, oyeron mencionar repetidamente un nombre — el Dr. Russell Nelson. Sin embargo, cada sugerencia iba casi siempre acompañada de una advertencia de que el Dr. Nelson estaba demasiado ocupado para aceptar tal llamamiento.

Él fue un cirujano pionero que publicó con frecuencia y fue director del programa de capacitación quirúrgica cardiovascular y torácica de Utah. También pasó horas en vigilia postoperatoria con sus pacientes operados de la válvula aórtica, que en aquella época tenían una alta tasa de mortalidad.

Aun así, cuando el élder Kimball y el élder Richards hablaron con el Dr. Nelson, que formaba parte del sumo consejo, éste respondió en términos definitivos. “Por supuesto que tengo tiempo”, dijo él. “Haré tiempo. Si tengo que cambiar de profesión, lo haré. Si soy llamado, serviré”.

De hecho, el Dr. Nelson fue llamado como presidente de estaca y apartado por el élder Kimball, quien le prometió que, gracias a su servicio, la calidad de su trabajo como cirujano aumentaría y la tasa de mortalidad de los operados de la válvula aórtica disminuiría.

Tal como se había profetizado, durante el año siguiente, la tasa de mortalidad de los pacientes operados de la válvula aórtica por el Dr. Nelson disminuyó drásticamente.

Con la publicación de los diarios del presidente Kimball este mes por parte de la Iglesia, es interesante reflexionar sobre la singular relación entre el presidente Nelson y el presidente Kimball. Los aspectos más destacados de su estrecha asociación están bien documentados:

  • Cuando el presidente Harold B. Lee murió inesperadamente a los 74 años en 1973, el Dr. Nelson, sabiendo que el élder Kimball sería el próximo líder de la Iglesia, fue a su lado. “Pensé que tal vez me necesitaba”, le dijo él.
  • En 1976, el Dr. Nelson, entonces presidente general de la Escuela Dominical, y su esposa, la hermana Dantzel Nelson, acompañaron al presidente Kimball y a su esposa, la hermana Camilla Kimball, en un viaje histórico al Pacífico Sur. Ellos fueron testigos de milagros, incluyendo la participación del presidente Kimball en reuniones con miembros, visitas gubernamentales y entrevistas con la prensa, a pesar de un repentino e intenso comienzo de neumonía bilateral.
  • En diciembre de 1978, el presidente Nelson asistió a un seminario para representantes regionales y autoridades generales. Él escuchó al presidente Kimball rogar a los líderes que estudiaran mandarín para prepararse para servir al pueblo de China. Esa noche, el presidente Nelson y la hermana Dantzel Nelson se comprometieron a estudiar el idioma. En los meses siguientes, la familiaridad del presidente Nelson con el mandarín le abrió la puerta a numerosas invitaciones para enseñar a los médicos chinos cómo realizar operaciones a corazón abierto.
  • En la noche del miércoles, 4 de abril de 1984, se convocó al presidente Gordon B. Hinckley al apartamento del presidente Kimball en el centro de la ciudad para escucharlo declarar, en un momento de claridad a pesar de su continua enfermedad, que el hermano Nelson y el hermano Dallin H. Oaks debían ser llamados como nuevos miembros del Cuórum de los Doce Apóstoles.
  • El élder Nelson se unió a los miembros de la familia y al presidente Hinckley cuando el presidente Kimball falleció el martes, 5 de noviembre de 1985, y el élder Nelson habló en el funeral del presidente Kimball el 9 de noviembre de 1985.
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El fallecido presidente de la Iglesia, Spencer W. Kimball, habla con el Dr. Russell M. Nelson, quien realizó una cirugía a corazón abierto que le salvó la vida al presidente Kimball y ahora ha seguido sus pasos para convertirse en presidente de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.

Foto de la familia Nelson

Quizás lo más significativo es que la relación de estos dos hombres que se convertirían en presidentes de la Iglesia se forjó debido a la insuficiencia cardíaca del élder Kimball.

Ocho años después de que el élder Kimball apartara al Dr. Nelson como nuevo presidente de estaca, bendiciéndolo con una mayor habilidad como cirujano, el Dr. Nelson realizó una compleja operación en el Apóstol. La cirugía (reemplazo de válvula aórtica e injertos de derivación de la arteria coronaria) fue una manifestación literal de la promesa sagrada ofrecida años antes a un médico ocupado que aceptó un llamamiento exigente.

Entonces, a la edad de 77 años y con insuficiencia cardíaca congestiva, el élder Kimball sabía que la operación implicaba un riesgo considerable. Pero sin la operación, la expectativa de vida del líder de la Iglesia se estimaba en días o semanas, no en meses o años.

El élder Kimball se reunió con el presidente Lee y el presidente N. Eldon Tanner, consejero de la Primera Presidencia, para hablar sobre sus problemas de salud. Se pidió al Dr. Nelson y al Dr. Ernest L. Wilkinson que se unieran a la reunión para aportar su experiencia médica a la charla. El Dr. Nelson no recomendó el procedimiento, pero el presidente Lee alentó al élder Kimball a hacer todo lo que pudiera para prolongar su vida, y se programó la cirugía.

El presidente Nelson ha admitido que sintió una “enorme presión” para realizar la operación.

Los detalles de esa operación que salvó esa vida, que abrió el camino para que el entonces élder Kimball comenzara a servir como presidente de la Iglesia dos años después, están registrados en la autobiografía del presidente Nelson, “De corazón a corazón” (en inglés). El presidente Kimball insistió personalmente en que se escribiera ese libro, revisó partes en detalle y le pidió al Dr. Nelson que escribiera un prólogo que él [el presidente Kimball] editaría y firmaría.

La relación única entre estos dos Profetas ha sido descrita de esta manera. “El presidente Nelson vio al presidente Kimball en los peores momentos, particularmente en graves problemas de salud, pero también lo vio levantarse como Profeta de Dios. Debido a su singular relación médico-paciente, el Dr. Nelson tuvo la oportunidad, una y otra vez, de hablar [con el élder Kimball] mientras caminaban después de la cirugía, de sentarse junto a su cama y literalmente sostener la vida del Profeta, así como su corazón, en sus manos”.

El presidente Nelson podría haber agregado mucho a ese tierno análisis. Sin embargo, en lugar de ello, describió su relación con el presidente Kimball con sagrada sencillez: “Teníamos un absoluto honor, respeto y amor el uno por el otro”, dijo él.

Nota: Los detalles de este artículo provienen de la biografía del presidente Nelson, “Perspectivas de la vida de un profeta” (en inglés).

— Sarah Jane Weaver es la editora de Church News.

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